Cada vez más surgen nuevos diseñadores gráficos que se dedican a hacer invitaciones de boda, entre otras cosas. Con ideas modernas, súper originales y llenas de mensajes personalizados. Son chulísimas, sí, y me gustan, pero yo prefiero las de antes, las clásicas, las sencillas. Y es que trabajos como los de Querida Valentina o Tinta Gris hacen que siga creyendo en la artesanía del papel y que me enamore de lo de toda la vida.
Éstas dos de Querida Valentina me rechiflan. Además, desde su e-shop las puedes encargar sin moverte de casa.
Para el sobre encuentro que es súper especial, y todo un detalle, para el que pueda permitírselo, claro, las caligrafías hechas a mano. En Barcelona Tinta Gris ofrece este servicio. Y para la que viváis en la capital, tenéis cerca al gran genio de la caligrafía. A Jose Maria Passalacqua. Lo que él hace se puede bautizar como arte. Se lo rifan las firmas de moda. Aquí uno de sus últimos trabajos: una invitación hecha entera a mano.
Para acabar de complicarlo un poco más, y por si os pareciera poco la caligrafía, podéis personalizar los sellos. Entra en la web de Correos y encárgalos con tiempo. Si yo ahora me casara otra vez estoy segura que es algo en lo que perdería el tiempo. Cuando me tocó mandar mis invitaciones era la época de la campaña contra la velocidad en los meses de verano. Y el sello enorme deslucía bastante el sobre y la caligrafía.
Si quieres que la invitación llegue impoluta a manos de los invitados, introdúcela dentro de un sobre de celofrán. Es un añadido más, pero el resultado es excepcional.
2 Comentarios
Hola!!! Estaba desaparecida pero ya estoy aquí… me ha costado ponerme al día por falta de tiempo aunque encantada. Sí, estoy contigo, las invitaciones clásicas son las mas bonitas es cierto que hay invitaciones muy originales pero como las de ‘toda la vida’… no hay otra, la mas bonita de las puestas para mi la de caligrafia a mano es preciosa 🙂 por cierto, te leí ayer en Vogue 😀 genial. Un saludo América
Me encanta tu letra, tus letras en realidad. Son preciosas. Me admira lo bien que escribes. Magnífico.
Un abrazo,
Rosa