Mi amiga Marta siempre me contaba que su padre (tuvo 5 hijas) momentos antes de entrar en la iglesia les decía “Si no estás segura, aún estás a tiempo”. Algo arriesgado pero muy valiente. Y es que cuando uno toma una decisión tan importante se supone que previamente la ha pensado y meditado mucho pero no sólo con uno mismo, que es clave, si no con la persona con la que se quiere compartir el resto de los días.
Siempre os he dicho que soy una romántica, porque creo en el amor para toda la vida. Ahora bien, no soy de esas que piensan que hay que casarse a toda costa, que si no te casas no vas a ser feliz… Al revés… Creo que el objetivo en esta vida es ser feliz, casado o soltero pero ser feliz y cada uno debe encontrar cuál es su camino.
Durante todo este tiempo que llevo con el blog, ahora va a hacer 6 años, sois muchas las que me habéis escrito, diciendo “no me tendría que haber casado”, “él ha cambiado” o “el matrimonio es dificilísimo”. Nadie dijo que fuera fácil por eso es muy importante preparase bien. Y sobre todo, para mi modo de ver, hay que darle a la boda la importancia que tiene, que es mucha. Cuando hablo de importancia no me refiero al menú que vais a deleitar a vuestros invitados o a la decoración que escojáis, que también, si no a vuestro amor, a la promesa de amor eterno que os hacéis ese día. Eso es lo más importante. Tú y él. El resto es secundario.
Pero una vez ha llegado el momento pueden surgir dudas. Es normal pues creo que no hay nada en esta vida en lo que tengas una seguridad al 100% y más en una relación, que es cosas de dos. Hay mucha gente que no es lo suficientemente madura como para dar un paso así por lo que más vale esperar y estar seguros o incluso ser valientes y poner el freno a algo que acabaría mal. ¿Pero como saber si vas a acertar? No hay ningún libro ni página que tenga la respuesta. Sólo tú lo sabes. Debes pararte y pensarlo, meditarlo. No hay prisas.
Los cuentos siempre nos hablan de dos personajes que deciden casarse y fin de la historia, pero ¿y si continuara? La boda es solo el principio, en realidad, es el primer paso de un largo, larguísimo recorrido. Por eso hay que pensar que la boda no es el fin de una historia si no el inicio de algo muy bonito. Ya lo decía mi amiga Patricia de Diario de una CoolHunter, “No te cases si sólo quieres organizar una fiesta”. Y yo añadiría….
No te cases si lo haces porque todo el mundo lo hace.
No te cases si lo único que quieres es vestirte de blanco.
No te cases si no estás dispuesta a hacer sacrificios.
No te cases si no habéis hablado de todo. Y todo es todo.
No te cases si él no te hace ser mejor persona.
No te cases si ceder no entra en tus planes.
No te cases si no tenéis las mismas metas en la vida.
No te cases si piensas que cambiará. La gente, en esencia, no cambia. Y a él no le tienes que cambiar, si no quererle como es, si es que decides quererle, claro.
No te cases si no eres feliz, que al final es lo más importante.
La decisión la tomas tú. Tu corazón y cabeza deberán trabajar al mismo ritmo para tomar la decisión de seguir con esa persona y ver si hay futuro. Si lo hay, adelante. Si no lo tienes claro, si dudas, párate a pensar por qué. Con los años serías víctima de tu error y nunca te lo perdonarías. Y si no, no lo hagas, no te cases.
4 Comentarios
ME ENCANTA !!!!
CRIS
Totalmente de acuerdo!!
Yo añadiría; NO TE CASES PENSANDO QUE SI SALE MAL SIEMPRE TE PUEDES DIVORCIAR RÁPIDO.
Cuántos casos conozco que dan el paso con eso muyyyy presente; obligando a los hijos, si los hay, a no vivir en familia y crecer con un concepto del matrimonio muy viciado.
Totalmente de acuerdo!