Me encanta cómo me explica María toda su boda. Se le ve que tiene las cosas claras. Lo que quiere y lo que no. Ella y Alfredo se casaron en la Finca Santa Catalina cerca de Toledo y la ceremonia en un pueblo cerca en la Iglesia de San Pedro y San Pablo.
Ella se casó con un vestido de Isabel Núñez que era ideal para la ocasión. Al ser una boda en el campo ella tenía claro que quería un vestido romántico pero a la vez algo rústico. Optó por dos telas distintas para el cuerpo y la falda. Para ésta última escogió una seda rústica en tono crudo que le daba ese toque que ella tanto buscaba. Dice que lo mejor era la caída y el movimiento que tenía, eso sí, que pesaba mucho. Para la parte de arriba Isabel le propuso un crepe de seda blanco. Un perfecto contraste de colores y texturas.
Otra de las cosas que María tenía claras es que quería la espalda abierta en V y que no quería velo. Por eso, llevó una capa con una puntilla ideal que tapaba sus hombros.
Me gusta lo que me dice “El resultado no pudo ser mejor. Un vestido alucinante, muy yo. Porque siempre he pensado que en tu boda tienes que ser tu misma, y todo lo que elijas tiene que plasmar tu personalidad”. Cuando ves novias contentas y felices con la elección del vestido y diseñador ¡es una pasada!
Como complementos llevó unos zapatos de salón hechos a medida para ella de piel de serptiente en color rosa palo. Dice que eran comodísimos y que ahora los sigue usando. ¡Tomad nota!
El ramo de estilo silvestre estaba hecho con rosas en color crema y rosa palo, eucaliptus, hojas de achilea verdes y un acabado de rafia natural. Era de Flores Arrabal una floristería cerca de la Finca.
Me gusta la elección de sus joyas, muy emotivo. Quería llevar algo que le recordara a su abuela quién había fallecido antes de la boda y a la que le hubiera hecho mucha ilusión verle casada. Por eso llevó sus pendientes y una cruz de brillantes.
Otra de las cosas de las que quería huir era del pelo recogido. Como bien dice, y me repite, tienes que ser tú misma ese día. Cuanta razón. Y es que es algo que suena a tópico pero es una verdad como un templo. Ella, como en su día a día siempre lleva el pelo suelto optó por una trenza bordeando la cabeza, de sien a sien, con una semicorona de hojas doradas hecha por Verdemint. La peinó y maquilló Sandra de Beny Sanz.
El novio, Alfredo, se hizó el chaqué en Tom Black. De color azul marino y con cuadros en tonos azules. El original chaleco y la corbata también son de la misma tienda.
La Finca realmente es espectacular. Hasta ver su boda no la conocía. Me han impactado las fotos ante el embalse. De hecho María lo describe así de idílico “Tiene un encanto especial, la naturaleza te envuelve y te transporta, como si estuvieras en un oasis en medio del desierto. Lo único que escuchas, a parte de las voces de tu familia y amigos, o de la música que hayas elegido, es el sonido de los pajaritos revoloteando alrededor, el sonido de las ramas de los árboles agitadas por un soplo de viento o el sonido del agua fluyendo”.
De la decoración me han encantado dos detalles. Los llaveros para las mesas y la iluminación en los árboles. Ideal.
Ah! Y esta invitada también me ha encantado!
Todas las fotos son de Ana Encabo