A unos días de su boda publico su pedida de mano con muchísimo retraso ya que se celebró a finales de Enero. Mi fecha tope para mostraros estos fotones de Leo era su boda, así que aquí están.
Todo sucedió en Puigcerdà, en el valle de la Cerdanya en los Pirineos, para mi uno de los valles más bonitos que he visto nunca y a tan sólo una hora y media de Barcelona. El paraíso para mis sentidos pues cuando voy vuelvo como nueva, renovada. Bueno, a lo que iba. La celebración fue una comida en casa porque era su ilusión. De hecho en un principio querían casarse allí pero como era un lío entre desplazamientos y demás, finalmente decidieron hacer sólo la pedida. La familia de José vino al completo desde Madrid.
Fue sin duda un día emocionante, como lo son todas estas celebraciones pero creo que al ser en casa todo fue aún más emotivo si cabe. Y bueno, quizá es que es la primera hermana que tengo que se casa y me emociona doblemente.
Amaneció con todo blanco, helado, con grados en negativo. Un día de esos fríos en los que apetece chimenea. Marta llevó un conjunto blanco de Marcos Luengo que le quedaba como un guante. El blanco le sienta bien y no todo el mundo puede decir lo mismo.
De toda logística y organización se encargó mi madre que es como un hada madrina y la una anfitriona perfecta pero se apoyó en Alexandra Maurizot de AM Eventos pues con todos los nervios de la boda (sí, en enero ya tenía nervios) y al ser lejos de casa necesitaba una persona de soporte. Álex ha sido un gran descubrimiento para mí, para nosotras. Mujer eficaz y resolutiva al máximo.
La comida la sirvió el catering Fisalis . Comimos de picoteo en el salón de casa y después hubo la entrega de regalos, reloj para él y solitario para ella. Dos auténticos tesoros. Fue muy emocionante porque José, a quién le encantan los discursos, dijo unas palabras a cada uno de los que estábamos allí. Acabamos todos soltando alguna lágrima. Entre los hermanos les organizamos el juego del pasapalabra. Hubieron muchas risas.
Por la noche vinieron sus amigos a bailar bajo una carpa de AC Carpas montada sobre el jardín. Quedó espectacular, para mi sin duda son los mejores que hay en Barcelona. Como hacía frío la cerraron, pusieron estufas y cubrieron el suelo con maderas para que la gente pudiera baiar. La fiesta la aguó un vecino, sí, el único que había en toda la urbanización, y a las 2 de la mañana las luces y la música se apagaban. Fin de fiesta. Todo había pasado muy rápido… Una sensación que también pasa en las bodas. Son muchas las horas de preparativos, los nervios, las llamadas… para que luego todo pase tan rápido que no te des apenas cuenta. Hay que ser consciente y poner el “pause” y saborear cada segundo. Así que este sábado, si me estáis leyendo ya sabéis, ¡a disfrutar y ser felices!.